Irónico es el hecho de que después de proponer leyes en contra de la libertad en la red este país quiera ofrecer una mejor velocidad a sus internautas.
Google está instalando un servicio de internet de fibra óptica ultrarrápido en Kansas City, en Estados Unidos, cien veces más veloz que el internet que utiliza el estadounidense medio.
Algunos dicen que el proyecto, llamado Google Fiber, marca el inicio de una nueva era en la industria y la sociedad del país.
Pero, ¿puede realmente un internet más potente cambiar sustancialmente nuestras vidas?
Fibra Google
El año pasado, Google eligió a Kansas City entre unas 1.100 ciudades para instalar su primera red de fibra óptica de alta velocidad.
El servicio se instalará sólo en áreas residenciales, no en distritos comerciales, y la primera mitad del proyecto se llevará a cabo en 2012.
Kansas City tiene una población de dos millones de personas, pero Google no ha dado detalles sobre cuántas personas tendrán acceso a la conexión.
Tampoco se mencionó el coste mensual, aunque el gigante de internet aseguró que sería un precio “competitivo”.
Cambios
“Esto cambiará las reglas del juego”, dijo a BBC el consultor de tecnología Bret Rhodus, “las oportunidades para los emprendedores son significativas”.
Para otros como la oficinista Danni Parelman, se trata sólo de “bajar música más rápido”.
Google ya empezó a instalar el cable de fibra óptica que dará a los residentes de Kansas City la posibilidad de navegar a una velocidad de 1Gb por segundo.
Tras realizar docenas de entrevistas en la calles, tiendas y oficinas de la ciudad, un área metropolitana situada en la frontera entre los estados de Kansas y Missouri, los residentes coinciden en que el proyecto será bueno para la ciudad.
Analistas aseguran que la fibra óptica que está instalando Google es el futuro de internet.
Aunque internet nació en los laboratorios del Departamento de Defensa de Estados Unidos y muchas de las compañías más innovadoras tienen base en el país, resulta paradójico descubrir que los estadounidenses disponen de un internet mucho más lento que el que disfrutan habitantes de otras naciones industrializadas.
La velocidad media de internet en Estados Unidos es de 12.84 Mb por segundo, según la empresa de análisis Netindex. Esto sitúa a Estados Unidos en la posición número 31 en la lista de países con internet más rápido.
La velocidad ultrarrápida de internet que proporciona la fibra óptica es pues una progresión natural de la infraestructura de telecomunicaciones del país, explica Aaron Deacon, miembro de la mesa del Club de Medios sociales de Kansas City, una consultora de marketing y tecnología.
“Ahí es donde se dirige el mundo”, apuntó.
“Hay otros lugares en el mundo que disponen de este tipo de conectividad, pero su adopción en Estados Unidos ha sido lenta”.
Todavía muchos se pregunta en qué medida afectará a la ciudad un internet ultrarrápido.
Video en HD
En principio, un internet de este tipo podría simplemente significar que la gente pueda hacer lo mismo que hasta ahora pero más rápido.
“La gente dice ‘oh, va a ser un YouTube más rápido’. Es un chiste”, dice Deacon.
“Pero en realidad, tener un YouTube y vídeos rápidos con descargas instantáneas es un cambio significativo en el modo en que se puede trabajar con vídeo”.
Un internet rápido permitirá a los pequeños negocios y trabajadores desde casa el realizar vídeo-conferencias de alta definición, sin esos lapsos de tiempo entre pregunta y respuesta.
También permitirá usar más la computación en nube. En el caso de los pequeños negocios, estos podrán tener bases de datos de clientes y sistemas de contabilidad en lugar de los costosos servidores locales.
Pero los analistas también prevén cambios que afectan muchos aspectos de la vida personal de los residentes
Disponer de un internet ultrarrápido y asequible en el hogar podría incrementar, apuntan sus impulsores, el número de personas trabajando desde casa, lo que disminuirá también el tráfico en las calles. Pero las posibilidades que señalan no terminan ahí.
En los hospitales los médicos podrán enviarse datos pesados más fácilmente, como imágenes de resonancia magnética.
Empresas y organismos públicos podrán instalar terminales simples, es decir, computadoras que son poco más que una pantalla, teclado, ratón y conexión a internet, en toda la ciudad.
Las comunidades podrán compartir música, películas y libros. Las teleconferencias de alta definición, e incluso holográficas, incentivarán la participación en gobiernos locales. Además, la seguridad aumentará gracias a los sistemas de CCTV de alta definición y llamado de emergencia por video.
Pero el coste es la clave. Actualmente, en el estado de Tenessee Chattanooga, una compañía eléctrica, ya ofrece este tipo de servicio ultrarrápido de internet, pero este no acaba de llegar a los hogares.
El problema es el costo, ya que los clientes deben pagar unos US$350 al mes. Tan sólo nueve personas contrataron el servicio.
“No va a pasar de la noche a la mañana”, explica la portavoz de Chattanooga Danna Bailey.
Hasta que el tema del costo se resuelva, parece que el internet ultra-rápido no pasará de ser una mera curiosidad.
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