El Gobierno chino informó de que han detenido a seis personas que habían difundido a principios de marzo comentarios en la red sobre vehículos militares en las calles de Pekín. Confirmó, además, que se han cerrado 16 páginas web que reprodujeron estos mensajes, dando así una base para especulaciones sobre un presunto golpe de Estado poco después de la destitución de un alto cargo del Partido Comunista, Bo Xilai.
Por el momento, no se sabe si los cibernautas tendrán que afrontar un significativo plazo carcelario por sus comentarios en la red. Sin embargo, las prácticas internacionales muestran que no son raros los casos en los que uno puede resultar detrás de las rejas por haber tuiteado inoportunamente.
Críticas sobre autoridades
Críticas sobre las autoridades o incitación a disturbios en línea es, probablemente, el motivo más 'popular' para detener a los cibernautas. Los casos más destacados se producen hoy en día en Oriente Próximo. El Gran Muftí de Arabia Saudita, Abdul-Aziz ibn Abdullah Aal cenizas-Shaikh, ha emitido incluso una fetua en contra de Twitter. Sostuvo que los "verdaderos musulmanes" deben evitar esta plataforma que sirve "para difundir acusaciones y promover mentiras". La ira del Gran Muftí fue provocada por el periodista Hamza Kashgari. El joven de 23 años había tuiteado una conversación imaginaria que estaba teniendo con el profeta Mahoma. En su caso sus tuits no solo le pueden traer un plazo carcelario, sino costarle la vida. Se enfrenta a cargos de blasfemia, un delito que supone la pena de muerte.
En Marruecos, un estudiante de 24 años de edad, Abdelsamad Haydour, tendrá que pasar tres años encarcelado por haber criticado al Gobierno, aunque en su caso la sentencia no se debe a un tuit, sino a un vídeo en YouTube. Otro estudiante de 18 años, Walid Bahomane, se enfrenta a los cargos de "difamación de los valores sagrados de Marruecos" por sus publicaciones en Facebook, concretamente fotos y vídeos con caricaturas del rey Mohammed VI acompañado de una voz en off pronunciando palabras consideradas ofensivas.
El motivo es válido también para los cibernautas europeos. Un francés de 19 años de edad, Alexandre Planade, fue condenado en 2010 a tres meses de prisión y a una multa por haber insultado a una "autoridad pública" a través de Facebook. Un fin de semana conducía borracho y le pararon. Al volver a casa, colgó en el muro de su perfil una serie de insultos contra la Policía sin tomarse la molestia de bloquear el acceso a su cuenta.
Dos jóvenes británicos, Jordan Blackshaw y Perry Sutcliffe-Keenan, fueron sentenciados a cuatro años de prisión cada uno por su uso ilícito de Facebook durante los disturbios en el Reino Unido en verano pasado. Blackshaw creó un evento llamado 'Smash d[o]wn in Northwich Town' (literalmente, 'Derribemos en Northwich'), mientras que Sutcliffe-Keenan invitó a todo el mundo a participar en un motín en Warrington, en el Condado de Cheshire.
Amenazas
Otro motivo de arresto de los internautas son los comentarios que contienen algún tipo de amenaza. En 2010 las autoridades de Venezuela detuvieron a Jesús Enrique Majano Rodríguez, de 27 años de edad, ingeniero de la Corporación Eléctrica Nacional. Se le imputa "incitación al asesinato de Hugo Chávez". En su cuenta de Twitter el joven publicaba imágenes del mandatario venezolano "con heridas en el rostro" y ofrecía diferentes maneras de cometer el magnicidio.
Un día de enero de 2010, el británico Paul Chambers, harto de que el aeropuerto de Yorkshire del Sur siguiera sin funcionar debido a las nevascas, escribió un tuit: "El Aeropuerto de Robin Hood está cerrado. Tenéis una semana y pico o yo haré saltar este aeropuerto por los aires". En mayo de 2012 fue condenado a pagar una multa y costes judiciales. En febrero de 2012 su apelación fue rechazada y la cifra a pagar llegó a las 2.600 libras (más de 4.000 dólares) y eso a pesar de una amplia campaña mediática en su apoyo liderada por el famoso actor y escritor Stephen Fry. Según Chambers, jamás pensó que alguien tomara su broma en serio: sería muy poco probable que alguien quen de verdad planeara hacer explotar un aeropuerto expusiera sus intenciones en Twitter.
Racismo
El racismo en los comentarios 'on line' es otro de los motivos principales para encarcelar a los cibernautas. Así, Liam Stacey, un estudiante británico, fue condenado el 27 de marzo a 56 días en prisión por haber escrito unos tuits de contenido racista sobre el centrocampista del Bolton Wanderers Fabrice Muamba, después de que este hubiera sufrido un ataque cardiaco en medio del partido y fuera ingresado en terapia intensiva. El 21 de marzo otro estudiante británico, Peter Copeland, recibió una sentencia de dos años de trabajos forzosos por sus tuits racistas contra el ex futbolista Stan Collymore.
Información falsa
Un internauta puede pagar, además, por haber tuiteado una información falsa. Lalit Modi, el presidente de la Primera Liga India de Críquet, fue condenado el 26 de marzo a pagar una recompensa de unos 145.000 dólares a Christopher Lance Cairns, miembro de la selección neozelandesa del mismo deporte por comentar en Twitter unos partidos 'vendidos' por Cairns.
En julio de 2010 fueron arrestados dos internautas venezolanos, Luis Enrique Acosta y Carmen Cecilia Nares. Fueron imputados por presunta difusión de información falsa a través de Twitter que tenía como propósito "desestabilizar" el sistema bancario del país, según fuentes policiales. Los cibernautas fueron obligados a presentarse cada 15 días y se les prohibió difundir mensajes referidos a los bancos.
Artículo completo en: RT Actualidad
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