Clara Meadmore es una mujer innegablemente indomable. A sus 108 años ha logrado mantenerse al margen de los tentáculos varoniles para convertirse, durante este épico proceso, en la mujer virgen más longeva del planeta. “Siempre he mantenido amistades platónicas con hombres pero nunca sentí la necesidad de ir más lejos o de casarme” afirma con tierna sabiduría la señora Clara.
Nacida en Glaswow, esta guerrera ha viajado y vivido en otros países, como canadá y Nueva Zelanda, desafiando el líbido de propios y extraños de diversas culturas y condiciones socioculturales. Aparentemente su inviolabilidad se debe más a una vida particularmente activa que a un puritanismo ideológico. “Siempre he estado ocupada haciendo otras cosas. Cuando niña solo tenías sexo con tu marido y yo jamás me casé. Crecí en una época en la que a las niñas pequeñas no se les escuchaba ni se les veía, así que tuve que aprender y sostenerme por mi misma y mantenerme. Y a los hombres no les gusta eso en una mujer y con el paso del tiempo simplemente ya era muy vieja para casarme” declaró al diario Nigeria News.
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