Al observarlo con más detalle, los científicos han encontrado una formación realmente inusual, según informa el equipo de la Universidad de Arizona encargado de estudiar las imágenes.
Ese punto oscuro resulta ser una «claraboya», una apertura a una caverna subterránea de unos 35 metros de diámetro. Las cavernas se forman a menudo en regiones volcánicas como esta cuando los flujos de lava se solidifican por arriba, pero continúan circulando por el interior.
Estos ríos subterráneos de lava pueden llegar a drenarse por completo, dejando vacío el conducto por el que han fluido. Por la proyección de la sombra arrojada sobre el suelo del pozo, los científicos estiman que la profundidad del agujero es de unos 20 metros.
Origen sin explicar.
El origen del cráter en el que se enclava este pozo no se comprende bien aún. Se pueden ver áreas donde el material de las laderas se ha deslizado dentro del pozo, pero los investigadores no saben qué cantidad de material puede haberse colado a través del pozo dentro de la caverna subterránea. El hallazgo en la superficie de Marte ha sido posible gracias a la agudeza de la cámara de la MRO, denominada Hirise (High Resolution Imaging Science Experiment) y de altísima resolución. No es el único Cráter oficialmente divulgado. Recuerdan hace dos atrás se dio a conocer la siguiente noticia?. Sobre el hallazgo de un enorme cráter con un túnel subterráneo.
Unos cráteres de la Luna, desconocidos hasta ahora e imágenes de los agujeros descubiertos en el satélite natural de la Tierra hace un año, fueron captadas por la sonda espacial Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO).
Los científicos en sus estudios precisan que esos hoyos, encontrados en el Mar de la Tranquilidad, miden unos cien metros de profundidad. Los describen como la entrada a grandes túneles subterráneos excavados por un antiguo río de lava, un mundo geológico desconocido.
El otro agujero, detectado en el Mar del Ingenio, mide 70 metros de profundidad y 120 de ancho. Un tercer hoyo, más pequeño, situado en las colinas de Marius, se encuentra a 34 metros bajo la superficie. Todas las pruebas de esos canales subterráneos estaban basadas en las observaciones de largos canales sobre la superficie. En la década de los años 60 del pasado siglo, los investigadores sospechaban su existencia, al observar fotografías orbitales de cientos de canales llamados rimas, sobre planicies lunares.
Los científicos estudian ahora la formación de esos agujeros y su futura utilización en misiones instaladas en el satélite natural de la Tierra. Los agujeros podrían proteger a los astronautas de las peligrosas radiaciones solares y del impacto de meteoritos.
Allí estarían protegidos de la atmósfera y de los cambios extremos de temperatura, recomiendan.
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