Grecia rinde cuentas económicas ante los acreedores internacionales de la Troika, que parece renegociar con desgana el programa de rescate del país heleno, ya que prefiere incrementar sus capitales ayudando a los banqueros, afirman los expertos.
La reunión de los inspectores con los líderes del gobierno heleno se produce en medio de la dura polémica que mantienen Londres y Atenas. El primer ministro británico, David Cameron, expresó esta semana su disposición a cerrar las fronteras a los ciudadanos griegos si Atenas abandona la eurozona.
El Movimiento Socialista Panhelénico 'Pasok' ya ha calificado el anuncio de "insultante". Por su parte, la dirigente de FMI, Christine Lagarde, comentó que "no está de humor" para renegociar el programa de rescate de Grecia, un objetivo que persiguen varias fuerzas políticas del país.
Los analistas destacan que las autoridades europeas no dudan en imponer los ajustes con mano dura, mientras que tratan al sector bancario con mano izquierda. "Acabamos de oír la posición de la mayor dirigente del FMI. No les interesa. Nunca les ha interesado administrar a los pueblos. Nunca les ha interesado mejorar la condición económica de las naciones. Buscan simplemente sellar su alianza con los capitales privados", asegura a RT el catedrático de economía aplicada de la Universidad de Sevilla, Juan Torres López.
El experto no cree que la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) vaya a echar un cable a Grecia, ya que persigue sus propios intereses mercenarios.
"Los hechos demuestran que, por parte de autoridades europeas y el FMI, como siempre ha ocurrido, no hay ninguna voluntad de ser generosos, de ser condescendientes, de buscar soluciones que puedan beneficiar a los pueblos. En este aspecto tienen una mano durísima. La tienen muy blanda, la tienen de seda cuando se trata de apoyar a los bancos, de salvar a los banqueros", dijo.
"El arma que tiene el pueblo griego es poner fin al pago de la deuda hasta que no se renegocie", sentencia.