La mitad de los 1.200 millones de personas que viven en India se han quedado sin electricidad este martes a causa de los problemas experimentados por la red de suministro en más de doce estados del país. Es el segundo gran apagón que se produce desde este lunes y el más grave de la última década.
La interrupción en el suministro eléctrico se ha producido desde el estado de Assam (junto a China) hasta los desiertos del estado de Rajastán, pasando por la cordillera del Himalaya.
En Calcuta y Delhi hay trenes que no pueden continuar su recorrido ymiles de personas tuvieron que salir del metro de la capitalcuando, de repente, se quedó parado a la hora del almuerzo. Los edificios de oficinas han tenido que usar generadores que funcionan con diésel yse han producido grandes atascos en las calles.
El ministro de Energía, Sushilkumar Shinde, ha afirmado que habrá que esperar "una hora o una hora y media". "Mientras tanto, estamos intentando restablecer los servicios de tren y metro y otros servicios esenciales", ha declarado a los medios de comunicación.
Colapso en un país superpoblado
Más de doce estados con una población total de unos 670 millones de personas se encuentran sin suministro eléctrico este martes. Las luces están apagadas incluso en grandes hospitales de Calcula.
Shinde ha atribuido el colapso del sistema al hecho de que algunos estados estaban usando más electricidad de la que les correspondía. En las horas punta, India sufre un déficit de electricidad de aproximadamente un 10%, lo cual supone un lastre para su economía.
"Es el segundo día que ocurre esto. He ordenado que se castigue a quienes utilizan una cantidad de electricidad mayor de la que les corresponde", ha señalado Shinde. Las autoridades han informado de que los sistemas de suministro del sur y el oeste del país están proporcionando electricidad para ayudar al restablecimiento de los servicios.
El problema se ha agravado a causa de las escasas precipitaciones que ha generado el monzón este año en estados agrícolas como Punjab y Uttar Pradesh. Al haber menos lluvia que riegue los campos de cultivo, aumenta el número de campesinos que utilizan bombas eléctricas para recoger agua de los pozos.
Los apagones no afectan a las grandes industrias porque éstas disponen de centrales eléctricas propias o de grandes generadores que funcionan con diésel. Sin embargo, perjudican seriamente a las empresas pequeñas y a la inversión.
El elevado consumo de diésel, un producto que en India está subvencionado, por parte de campesinos y empresas ha contribuido a aumentar el déficit del Estado. El Gobierno se ha comprometido a solucionar este problema para restablecer la confianza en la economía, pero la escasez de lluvias durante la época del monzón hace suponer queuna reducción de las subvenciones tendría un alto coste político. EL MUNDO.ES