“Todos sabemos hacer algo, y siempre hay algo que necesitemos a cambio. No es necesario hacer algo que te gusta sólo por ganar dinero y gastarlo en cosas que no necesitas”, señala Heidemarie Schwermer.
Heidemarie Schwermer es un ejemplo. Mucho antes de que nos preocupase la voracidad de los mercados, la deuda o la prima de riesgo, esta alemana decidió que quería vivir sin someterse a la dictadura del dinero.
De hecho, lleva casi dos décadas sin utilizar una sola moneda o billete. Su proeza ha quedado reflejada en un documental estrenado el año pasado y en una autobiografía, “Mi vida sin dinero”.
La nueva vida de Schwermer comienza en 1996. Poco después de quedarse viuda, ésta hasta entonces profesora dejó su puesto de funcionaria y decidió probarse a sí misma que podía sobrevivir un mes sin efectivo. El experimento funcionó y lleva 16 años viviendo gracias al trueque.
Durante este tiempo, esta valiente ex docente ha demostrado que renunciar al dinero no supone vivir en la indigencia. De hecho, viste con sencillez, pero con elegancia. Dispone de un ordenador y usa un móvil, todo gracias al intercambio. De hecho, en 1994 fundó la sociedad de trueque en Dortmund, pionera en Alemania y una de las primeras de Europa.
Dos años después, regaló su casa y su coche. Se deshizo de todas sus pertenencias, excepto de una maleta con algo de ropa, e inició su nueva vida, pese a las advertencias de su familia.
“Lo tenía todo. Vivía en una casa preciosa y ya había criado a mis hijos. Fue entonces cuando renuncié a todo. Fue una liberación”, explica en ‘Viviendo sin dinero’, el documental sobre su vida, estrenado este mismo año y que lleva ya 250 proyecciones en más de 30 países.
TODOS SOMOS IGUALES
Ahora, sin dinero, su vida es mucho más sencilla. “Doy lo que quiero dar y me dan lo que necesito”, ha confesado en una entrevista a la web de la cadena de televisión británica BBC. Gracias al trueque cubre sus necesidades más básicas sin someterse “al poder del dinero” y al “tanto tienes, tanto vales”.
Heidemarie Schwermer no pretende cambiar el mundo, sino demostrar a la gente que existen formas de vivir distintas a las convencionales, aunque no exentas de dificultades. “Mi actividad, que tiene como misión llamar la atención sobre la injusticia, es mi vocación”, afirma.
El pilar básico de su filosofía es que todos somos iguales, igual de importantes.
Visto: Aquí