Leyes aún más estrictas del Gobierno de los Estados Unidos provocaron que se sextuplique el número de estadounidenses que renuncian a su ciudadanía en el segundo trimestre del año en curso en comparación con el año pasado.
Los expatriados que renuncian a su nacionalidad en embajadas estadounidenses aumentaron a 1131 en los tres meses previos a junio, de 189 en el mismo periodo del año anterior, según las cifras del Registro Federal.
La mayoría de estos ciudadanos estadounidenses reside en el extranjero y se opone a pagar impuestos.
Según las leyes, los estadounidenses, estén donde estén, se ven obligados a pagar impuestos por sus propiedades. Los bancos extranjeros, asimismo, han de entregar anualmente el saldo de cuentas de ciudadanos estadounidenses al Gobierno de Washington.
Teniendo en cuenta la situación económica inestable de los Estados Unidos, varios ciudadanos de este país prefieren renunciar a la ciudadanía para así evadir impuestos.