Cada día crece el descontento popular en EE.UU. por la crisis y las guerras. Algunos politólogos denuncian que Washington está preparándose para introducir medidas de emergencia contra cualquier desarrollo de los acontecimientos en el país.
El 1 de octubre EE.UU. entró en un nuevo año fiscal sin presupuesto estatal y con la deuda pública máxima de toda la historia del país. El secretario de Defensa de EE.UU., Chuck Hagel, constató a principios de octubre que “muchos en el país están en contra de las autoridades y contra todo lo que pasa”. Confesó que los estadounidenses pierden la confianza en las instituciones de poder por la guerra más larga de la historia [la guerra en Afganistán que dura ya 12 años] y la crisis financiera más aguda desde la época de la Gran Depresión.
Según el analista político Nikolái Malishevski, “al parecer, Washington está preparándose para introducir medidas de emergencia en relación con cualquier desarrollo de los acontecimientos. Y además no hay que olvidar sobre la llamada del líder del Ku Klux Klan, Richard Preston, a los estadounidenses “a unirse en una guerra civil contra Barack Obama” y sus seguidores, y hacerlo en octubre cuando se celebra el 150 aniversario de la batalla decisiva en la Guerra Civil en EE.UU.”.
En cualquier caso, según el experto, hay evidentes señales de tensión creciente en la sociedad estadounidense. Las unidades marinas se trasladan rápidamente desde Afganistán a EE.UU. y se entrenan para combatir en el entorno urbano.
“Desde el 10 de septiembre han cambiado los ejercicios previstos anteriormente. Todos los ejercicios planeados para septiembre han sido aplazados hasta octubre. Además, han prohibido a todo el personal militar del Ejército de EE.UU., que está de vacaciones, salir del país entre el 28 de septiembre y el 5 de noviembre”, cuenta Malishevski.
Antes del 28 de septiembre han finalizado los cursos de tiro (con escopetas y rifles AR-15), y el manejo de cuchillos para decenas de miles de empleados del Departamento de Seguridad Nacional (Department of Homeland Security, DHS). Antes del 1 de octubre, el Departamento recibió para usar en las calles de la ciudad 2.717 vehículos blindados antiminas con armas de fuego, producidos por Navistar Defense.
El 30 de septiembre terminaron los cursos que enseñaron a los soldados de la Guardia Nacional de EE.UU. a apaciguar los disturbios y situaciones de emergencia. Desde el 25 de septiembre, EE.UU. comenzó a probar diariamente un sistema de alerta de emergencias. El 29 de septiembre se puso en marcha una prueba simultánea de los satélites de comunicaciones y GPS. “Nunca antes estos eventos coincidieron en el tiempo”, comenta el analista político Nikolái Malishevski.
“Todos estos preparativos indican que EE.UU. se enfrenta a unos problemas internos muy serios. En este tipo de situaciones siempre hay una fuerte tentación […] de desviar la atención de EE.UU. y del mundo hacia otro ‘objeto’”, resume el politólogo. “El plan de EE.UU. podría basarse, por ejemplo, en un posible ataque contra Siria que involucraría a Irán en esta guerra, provocaría ataques contra Israel y la guerra inevitablemente le daría otro carácter a los problemas financieros de EE.UU”, sostiene el experto.