La manipulación de los tipos de interés en el Reino Unido, el reciente escándalo del Libor, ha abierto la puerta a la investigación de otros índices de precios de bienes o servicios susceptibles de haber sido sesgados. El foco está ahora puesto en el precio del petróleo y de las gasolinas.
El último informe de la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO, por sus siglas en inglés) elaborado para el G-20 denuncia que el actual sistema de fijación y difusión del precio del petróleo es “susceptible de manipulación o distorsión” y destapa un posible caso de fraude al calor del escándalo del Libor.El precio de la gasolina se fija en función de los datos que aportan los operadores de los bancos, las compañías petroleras y los hedge founds, que establecen un valor de referencia. Estas empresas poseen un “incentivo” para distorsionar el mercado aprovechando su falta de regulación, y es probable que intenten reportar precios falseados en su propio beneficio. Al no existir una legislación que les obligue a hacer públicas sus operaciones, las sociedades suelen mostrar aquellas que resultan más favorables desde el punto de vista comercial y corporativo, lo que ha alimentado la sospecha de varias instituciones.
Según recoge The Daily Telegraph, la información no ha tardado en trascender, y ya son varios los políticos y activistas británicos que han emplazado al Gobierno y al Banco de Inglaterra a extender la investigación sobre el Libor al mercado del petróleo, con el fin de averiguar si se produjeron manipulaciones al alza en el precio de la gasolina.
A las acusaciones de la IOSCO se suman las de la agencia independiente del gobierno estadounidense Commodity Future Trading Commission (Comisión de Futuros de Productos Básicos), encargada de analizar los futuros y opciones del mercado en busca de conductas fraudulentas. El organismo ha observado una “similitud sorprendente” entre el potencial de manipulación del precio del petróleo y el de la tasa del Libor.
Hace unos días, el exportavoz del Tesoro británico, Lord Oakeshott, defendió la necesidad de clarificar el sistema de fijación de los precios de referencia del petróleo, especialmente cuando afectan a millones de automovilistas, y añadió que el establecimiento del precio de la gasolina debe ser examinado a raíz del escándalo del Libor.
Paul Tucker, el subgobernador del Banco de Inglaterra que ya declaró por la manipulación del índice interbancario, ha reconocido que “el abuso del Libor puede ser sólo parte del suministro deshonesto de información financiera sustancial por parte de los bancos”, dejando entrever futuras investigaciones del resto de actividades de trading que realizan las entidades financieras en el Reino Unido.
Ante el temor de una nueva crisis de confianza en los bancos, algunas entidades están demandando que se reforme el sistema de fijación de precios del petróleo, si bien no reconocen explícitamente que se hayan producido abusos.
Las consultoras de información energética Platts y Argus, encargadas de realizar una estimación de los precios de los hidrocarburos, se han defendido a través de un comunicado conjunto de las informaciones que les acusan de inflar los precios del petróleo. Ambas han subrayado que operan con independencia de las empresas de suministro y que no tienen ningún interés en los mercados del petróleo y la energía. “Nuestra participación es transparente y la gestión interna separa estrictamente las funciones editoriales y comerciales. Las organizaciones independientes de la comunicación de precios no son los participantes del mercado, ni los proveedores de servicios de transacción de ejecución, compensación o liquidación", han aclarado.
Para estas agencias existen "diferencias fundamentales" entre las características de la tasa del Libor y los precios del petróleo: la calidad de sus datos, su independencia, la competencia entre las agencias y la transparencia en su metodología a la hora de elaborar los informes.
El escándalo del Libor puede haber abierto la veda a nuevas investigaciones sobre varias prácticas fraudulentas ejecutadas por los bancos. De confirmarse la manipulación de los precios del petróleo, las consecuencias para las entidades financieras pueden ir más allá de sanciones formales o destituciones de altos cargos. Los ciudadanos perderían aún más la ya debilitada confianza en los bancos, lo que podría desatar un auténtico "terremoto financiero" en la coyuntura económica actual.