el cine, la gran tecnología para capturar la atención y externalizar la conciencia


Un nuevo video Jason Silva sobre la capacidad del cine de capturar la atención hasta el punto de que el espectador desdobla su conciencia en la narrativa que observa nos hace reflexionar sobre el poder de esta tecnología, que los grandes estudios siempre han llamado “la magia del cine” y el “sistema de estrellas”.
El filósofo-performer Jason Silva está de regreso con un nuevo video en el que dosifica epifanías en su infatigable  búsqueda de información inspiradora, que idealmente nos lleve a maravillarnos del universo y a elevar nuestra conciencia bajo este acto de asombro fundamental. En este caso el tema es el cine y la atención.
“La atención es necesaria para todo tipo de persuasión interpersonal, educación, transformaicon o crecimiento… y  requiere inmersión, absorción… el cine es la gran tecnologia retorica para capturar atención, el cine es un templo a la inmersión –el contrar historias… cuando ves un  película te conviertes en parte de la película, esto es lo que llaman el efecto diegético, el punto en el que el observador asume el punto de vista de la historia y empieza a cocrear el mundo [que ve]… entras al sueño, la película se vuelve real”, dice Silva, entre imágenes que siempre nos incrustan en el espacio de la Fundación Imaginaria –de la neurona a la nebulosa.
Existen estudios, cita Silva, en los que la actividad en el lóbulo prefrontal, el asiento de la autoconciencia, disminuye  al ver una película en el cine, lo que sugiere que en realidad si ocurre un desdoblamiento de nuestra conciencia al ver una pelíciula, que nos convertimos en el personaje, en esa vieja transpersonalización entre el héroe y el espectador.  
La experiencia del cine es induduablemente inmersiva, uno diría de interpenetración mental o de fusión en un campo mental resonante entre la obra y el público. Una enigmática frase de F. Scott Fitzgerald, “el cine nos ha robado nuestros sueños” hace pensar que verdaderamente nuestra mente se vuelca sobre la narrativa de una película, como si no hubiera verdadera pantalla, atravesando el espejo. Y es que el cine –lo medios como extensión de nuestros sentidos–quizás sea la más clara extensión de nuestros sueños, de nuestro espacio onírico. Y nuestros mitos ahora –esos sueños colectivos– se introyectan como sueños con celebridades e historias que vemos en el cine son parte de nuestro substrato psíquico.  Dice Calasso: “Habría que decidirnos un día a entender que las stars son astros, al igual que Andrómeda y las Pléyades y muchas otras figuras de la mitología clásica. Sólo si se reconoce este cómun origen astral y fantasmal, se podrá llegar a comprender cuáles son las diferencias –y las distancias también ellas estelares– entre Sunset Boulevard y el Olimpo”.
Esto ocurre de manera bidireccional, primero hombre proyecta sus sueños hacia una pantalla, como escribió Gene Youngblood en Expanded CinemaEl cine… como la vida misma, es un proceso de devenir, parte del continuo impulso histórico del hombre por manifestar su conciencia fuera de su mente, frente a sus ojos”. Luego esa pantalla que es también “un cristal donde se mira” le regresa imágenes de sí mismo –imágenes sublimes y monstruosas, distorsionadas/perfeccionadas–  que interactúan con su propia imaginaria y con su propio subconsciente –el gran generador de poderosas imágenes y símbolos. Este es el juego de la linterna mágica, donde el hombre se pierde y se reinventa, juega a ser un demiurgo y a veces se enamora de la copia.
Twitter del autor: @alepholo